En los tiempos de antes era sencillo entender a qué se dedicaban nuestros padres, aún siendo niños: médico, policía, bombero, profesor, cajero, mecánico, electricista, vendedor, etc.
Ahora, es cada vez más complejo explicar a los pequeños de la casa, a qué nos dedicamos y en qué trabajamos: imagínense las caras de un niño de 5 años cuando le decimos que somos Community Manager, Chief Data Officer, analista de datos, Consultor en Business Analytics, Coach de Liderazgo, Consultor en metodologías ágiles… incluso tratar de explicarle que tenemos un negocio propio de servicios empresariales… 😿
Y es que, lastimosamente, no existe una asignatura escolar (ni universitaria) que se enfoque en enseñar sobre emprendimiento desde edades tempranas. El emprender, es algo que se enseña en la práctica, viviendo lo necesario para forjarse con emprendedor y muy al contrario de lo que dicen: ¨nunca es tarde para emprender», me gusta más la frase: ¨nunca es muy temprano para emprender».
Soy partidaria de la idea de que mientras más jóvenes comenzamos a desarrollar nuestras aptitudes y mentalidad emprendedora, más fácil nos será adaptarnos a entornos de alta incertidumbre, al cambio contante, al hábito de transformar y buscar mejoras en los procesos empresariales (nos animemos a emprender o no, también creo que no a todos les gustaría emprender).
Sigue siendo valioso el desarrollar esas capacidades del niño emprendedor: se convierte en un líder inspirador, obtiene un rendimiento académico destacado, mayor habilidad para resolver problemas, mejor capacidad comunicacional y otras capacidades más (en términos estadísticos), pero una de las más relevantes en su futuro como profesional en la Era Post Digital, es la capacidad autocrítica que nos permite cuestionar el por qué de las cosas, el por qué este es nuestro producto estrella, el porqué preferimos este segmento de mercado, el por qué no diversificar productos y etc., esa habilidad que teníamos de niños y fuimos perdiendo con el tiempo.
Por tal motivo, enumeramos 5 actividades concretas que podemos ejecutar como padres o mentores, con la finalidad de despertar esa curiosidad por el emprendimiento en los niños de nuestro entorno familiar: